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Descubre historias de piratas, batallas y devoción popular

¿Quieres tener una vista que te haga contemplar todo Oropesa del Mar? Sube al Castillo. No solo te permite compartir la misma visión que tuvieron los pobladores musulmanes que lo construyeron o El Cid y después el Rey Jaime I que lo conquistaron, sino que podrás hacerte una idea del carácter estratégico de esta estructura que se asoma a la costa. Además, desde allí puedes bajar por el casco histórico de la ciudad, un recorrido por algunos de los edificios emblemáticos de Oropesa, pero también la posibilidad de perderse por callejuelas y pequeños rincones de trazado medieval cuyo desnivel salvan rampas, escaleras y plazas. Entre ellas se encuentra la Antigua Prisión, una visión certera sobre cómo se impartía la Justicia y las condiciones de los presos. Hoy, dedicado a labores más didácticas, la cárcel es una de las salas del Museo de Oropesa del Mar.

Pero no te vayas aún del casco histórico de la ciudad porque si sigues caminando por él llegarás a la plaza de la Iglesia y entonces verás la Capilla de la Virgen de la Paciencia, patrona de la ciudad, una imagen del siglo XVI destruida prácticamente después de los ataques piratas de la centuria siguiente y hoy reconstruida y restituida a Oropesa del Mar tras un largo proceso.

Ya te has hecho una idea de lo que la Historia ha legado a la moderna Oropesa del Mar. Batallas, reconquistas, piratas, devoción. Pero esto no ha hecho más que empezar. Si te acercas al perfil de la costa puedes ver la Torre del Rey, construida en el siglo XV  para proteger a la zona de los ataques sarracenos y situada en el promontorio por el que la ciudad parece lanzarse al Mediterráneo. La torre, de planta cuadrada, impone respeto y debió hacerlo aún más en aquella época convulsa en la que se erigió. Contaba con la ayuda de otras torres vigía, una construcción clásica del litoral Mediterráneo, que reflejan en este caso la importancia de Oropesa de Mar. La circular y estilizada Torre de la Corda se alza al sur sobre un acantilado y siguiendo la línea de la costa se llega a la Torre de la Colomera, ambas del siglo XVI. Todas ellas forman un conjunto de fortalezas que merecen un paseo por la historia y la naturaleza. Junto a la Torre del Rey se construyó en el siglo XIX el Faro de Oropesa del Mar, que nos enseña la relevancia que la ciudad mantuvo con el paso de los años como ruta marítima.

Pero queda otro enclave. Sobre otro de los promontorios que salpican la costa están los restos de  "Orpesa la Vella", escenario de los primeros asentamientos humanos y testigo del paso del tiempo que fue abandonado cuando los musulmanes treparon colina arriba y construyeron el castillo.

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