De este edificio se tienen referencias desde principios del siglo XVII cuando ejercia más como institución de beneficiencia que como recinto sanitarios.
La palabra hospital proviene del latín "hospitalem", que quiere decir albergue. Era por tanto un lugar para acoger, no solo enfemos, sino también a personas sin recursos, niós huérfanos e incluso peregrinos.
Este hospital ejerció como tal gracias a Agueda Nicolau, vecina de Oropesa del Mar que donó su herencia para la construcción del mismo en 1794, y de otras ayudas benéficas, hasta que en el siglo XIX cambió su funciñon para albergar la cárcel de la Villa.